La hormona del embarazo (hormona gonadotropina coriónica humana o hCG), es una hormona que entra en actividad cuando el embrión está en proceso de desarrollo. Aparece alrededor del décimo día tras la concepción y su detección es clave para determinar el resultado positivo en los test de embarazo. La hormona hGC también se relaciona con las náuseas o los vómitos habituales en el primer trimestre.
¿Qué es la hormona hCG?
La gonadotropina coriónica humana o gonadotrofina coriónica humana es una hormona glicoproteica producida primero por el embrión hasta la formación de la placenta y después por una parte de esta llamada sinciotrofoblasto. Su función principal es administrar los factores nutricionales y estimular la producción de cantidades necesarias de hormonas para el desarrollo del embrión.
La hormona hCG también se encarga de facilitar el mantenimiento del cuerpo lúteo durante el inicio del embarazo, y de la secreción de progesterona. La progesterona es una hormona fundamental para enriquecer el útero con un revestimiento de vasos sanguíneos y capilares que puedan sostener el crecimiento del feto y para estimular las glándulas mamarias para la producción de la leche materna.
Dicho de otra forma, la hormona hCG permite el desarrollo normal del embarazo promoviendo el mantenimiento del cuerpo lúteo al inicio de la gestación y protegiendo al feto, especialmente durante el primer trimestre del embarazo. A partir del segundo trimestre, esta hormona se segrega de manera más moderada.
¿Cómo se detecta la hormona del embarazo?
La hormona hGC puede detectase en la sangre o en la orina: en la sangre a partir del octavo día tras la fecundación y en la orina unos 14 días después de la misma.
La hormona tiene dos fracciones: una fracción alfa, en la que encontramos la hCG, junto otras hormonas liberadas por la hipófisis como la THS o la FSH, y una fracción beta, exclusiva de la hormona hCG, que es la subunidad que se detecta en los test de embarazo (de ahí que a veces a esta hormona también se le denomine directamente “beta”).
Puesto que únicamente está presente en el organismo de la mujer durante la gestación, un resultado positivo en la detección de la hormona hCG es una señal inequívoca de embarazo. No sucede lo mismo con el resultado negativo, ya que si es demasiado pronto la hormona del embarazo puede no manifestarse con suficiente fuerza. Por eso, para hacerte un test de embarazo y acertar se recomienda esperar a la primera falta de la regla.
¿Cuáles son los valores de referencia de la hormona del embarazo?
Estos son los niveles orientativos de referencia de la hormona del embarazo según la semana de gestación, ya que la hormona hGC va incrementándose a medida que avanza el embarazo:
- Embarazos inferiores a 3 semanas: menor que 5 mUI/ml.
- Embarazos de 3 semanas: entre 5 y 50 mUI/ml.
- Embarazos de 4 semanas: entre 5 y 426 mUI/ml.
- Embarazos de 5 semanas: entre 18 y 7.340 mUI/ml.
- Embarazos de 6 semanas: entre 1.080 y 56.500 mUI/ml.
- Embarazos entre 7 y 8 semanas: entre 7.650 y 229.000 mUI/ml.
- Embarazos entre 9 y 12 semanas: entre 25.700 y 288.000 mUI/ml.
- Embarazos entre 13 y 16 semanas: entre 13.300 y 254.000 mUI/ml.
- Embarazos entre 17 y 24 semanas: entre 4.060 y 165.400 mUI/ml.
- Embarazos entre 25 y 40 semanas: entre 3.640 y 117.000 mUI/ml.
¿Qué pasa si de detecta la hormona del embarazo en niveles bajos?
Según estándares de la American Pregnancy Asociation, un nivel de hGC mayor de 5mIU/ml en el análisis de sangre está considerado un embarazo positivo, aunque este valor es muy bajo. De hecho, en los primeros días, el nivel de la hormona hCG aumenta rápidamente (puede llegar a duplicarse cada 48 horas). Como norma general, y tras trece días de implantación, cabría esperar una beta de unos 50 mUI/ml.
Por otra parte, aunque un embarazo normal puede tener niveles bajos de hCG, si la hormona no aumenta con normalidad puede ser indicio de problemas como aborto incompleto, amenaza de aborto natural o embarazo ectópico.
De la misma forma, un nivel de hormona hCG anormalmente elevado puede indicar la presencia de más de un feto, es decir, de un embarazo múltiple. Si pasados trece días de la fecundación el resultado de la beta hCG es mayor de 50mUl/ml, lo habitual es programar una primera ecografía transvaginal para confirmar el número de sacos embrionarios y su localización en el útero. Los niveles de la hormona durante los días siguientes pueden llegar a triplicarse en estos casos: mientras que en la 2-3 semana de un embarazo único el valor normal sería 200 mUI/ml, en un embarazo múltiple puede alcanzar 600 mUl/ml.
Posibilidad de falso positivo o falso negativo
A pesar de que la prueba beta ofrece una alta fiabilidad, en algunas ocasiones, aunque es muy poco frecuente, puede darse un falso positivo, es decir, detectar un embarazo que en realidad no existe. Esto puede deberse a distintas causas:
- Aborto bioquímico. Sucede cuando se ha producido la implantación embrionaria, pero, después, el embarazo se ha detenido espontáneamente.
- Embarazo ectópico. Sucede cuando el embrión anida fuera del útero, frecuentemente, en las trompas de Falopio. En este caso, es posible que necesites someterte a tratamiento médico o una intervención quirúrgica.
- Toma de hormonas (hCG) para el tratamiento de reproducción asistida.
- Pacientes que han tenido mononucleosis infecciosa recientemente.
- En mujeres premenopáusicas, la hipófisis (glándula que está en el cerebro) puede secretar la hormona gonadotrofina coriónica en bajas cantidades.
- Algunos tipos de tumores también producen la Beta hCG.
Así mismo, también puede darse un falso negativo, es decir, no detectar un embarazo que sí se ha producido. Es una circunstancia también muy rara que puede deberse a estas causas:
- Examen realizado demasiado pronto. Esta es la causa más frecuente de falso negativo. Es necesario esperar unas dos semanas desde la fecundación para realizarse la prueba.
- Implantación lenta o tardía. No es habitual, pero, sucede en raras ocasiones.
- Obesidad. El sobrepeso puede aumentar los niveles de B-hCG
¿Cómo afecta la hormona del embarazo a tu vida diaria?
Puesto que el organismo no está acostumbrado a la presencia de esta hormona, y es en el primer trimestre del periodo de gestación cuando ésta aumenta de una forma notable, la hormona hCG es la responsable de algunos síntomas propios de embarazo como las náuseas y los vómitos.La hormona también se relaciona directamente con otras molestias como la sensación de sueño y cansancio, la irritabilidad y los cambios de humor constantes o las molestias digestivas como el ardor de estómago, la indigestión o la diarrea.
Esta sintomatología, tan habitual en las primeras semanas del embarazo se da porque la mujer no está acostumbrada a estos importantes cambios hormonales y su cuerpo se está “adaptando” a la presencia del bebé.
Aun así, es importante que tengas en cuenta que la hormona hCG no afecta de la misma manera a todas las embarazadas. Cada mujer es única, y los síntomas del embarazo pueden variar. Lo importante es que te los tomes con tranquilidad y que sigas siempre las instrucciones de tu médico o ginecólogo para garantizar un embarazo seguro.
La presencia de la hormona hGC es sólo uno más de los signos de un embarazo sano. Existen muchos otros, y algunos de ellos se miden gracias a las distintas pruebas durante el embarazo. Es el caso del Test Prenatal No Invasivo NACE. Con esta prueba, a través de una simple muestra de sangre, podrás descartar la presencia de anomalías genéticas como el síndrome de Down, sin correr ningún riesgo. ¡Pide más información sin compromiso!