Solemos relacionar directamente la varicela con una infección que padecen principalmente los niños y que en la mayoría de los casos se desarrolla y se cura sin demasiadas complicaciones.
Pero si es un adulto quien contrae este virus, será momento de tomar precauciones, ya que pueden surgir complicaciones, como pueden ser la neumonía, la meningitis o la encefalitis. Cuando además de ser un adulto, quien padece varicela es una embarazada, se deben tener en cuenta ciertas especificaciones para evitar daños en el bebé.
¿Qué causa la varicela y cómo se transmite?
La varicela es una infección que se produce por un virus de la familia herpesviridae. Es altamente contagiosa y se transmite de persona a persona por el aire cuando, por ejemplo, una de las personas que está infectada por el virus tose o estornuda cerca de alguien no afectado. También se puede transmitir por las erupciones que aparecen en la piel, características de esta enfermedad.
La varicela no es contagiosa durante todo el periodo que permanecen los síntomas. Tan sólo se puede contagiar durante los dos primeros días en los que aparece la erupción en la piel. Una vez adquirido el contagio con una persona con varicela, los síntomas pueden aparecer entre los 10 y los 21 días después del contacto.
En el caso de que la mujer infectada por varicela esté embarazada, ésta puede transmitir al bebé el virus a través de la placenta. Precisamente por esto, es necesario tomar algunas medidas específicas.
Varicela y embarazo: ¿qué complicaciones puede ocasionar esta infección?
Es poco frecuente que una mujer embarazada contraiga varicela, ya que la mayoría de las personas suelen ser inmunes durante la edad adulta al virus tras haber superado la enfermedad durante la infancia.
Sin embargo, si una mujer embarazada contrae varicela en el primer trimestre del embarazo y hasta la semana 20 del mismo cabe una pequeña posibilidad de que el bebé nazca con un daño fetal conocido como el síndrome de varicela congénita. Este síndrome produce en el bebé atrofia en las extremidades y cicatrices en la piel, además de, en ocasiones, problemas en el sistema nervioso central y alteraciones en los ojos.
¿Cómo se manifiesta la infección en la futura mamá?
Si la mamá se infecta con este virus, el principal síntoma que presentará será la erupción cutánea en la totalidad del cuerpo, con especial intensidad en la cara y el tronco. Esta erupción adquiere forma de máculas y pápulas, que finalmente se convertirán en vesículas.
Con los primeros síntomas de la varicela en el embarazo se debe acudir rápidamente al médico para que, tras realizar un análisis de sangre, se pueda comprobar que se trata efectivamente de este virus.
Este cuadro de síntomas se puede complicar y con una neumonía varicelosa que presentará los siguientes síntomas:
- Tos seca
- Fiebre
- Dificultades respiratorias
El tratamiento que debe seguir la mamá lo debe prescribir el médico, y si los síntomas son muy agudos, puede ingresarse a la mamá para administrarle el tratamiento por vía endovenosa.
¿Cómo se manifiesta la infección en el bebé?
Una vez se ha confirmado que la futura mamá ha contraído la infección, el ginecólogo realizará una prueba de la amniocentesis para que se pueda detectar si el bebé ha sido infectado por el virus o no.
En el caso de que, tras la extracción del líquido amniótico, el resultado sea negativo, y que por lo tanto el bebé no haya contraído la varicela, la mamá puede estar tranquila. Aun así, se le realizarán ecografías más asiduamente para controlar que el crecimiento del bebé es normal.
En el caso de que se haya detectado el virus en el líquido amniótico, se informará a los padres. Esto no tiene por qué significar que el bebé vaya a presentar daños anatómicos.
Para saber si el bebé está afectado, se debe ejercer un control mediante las ecografías de los siguientes aspectos:
- Acumulación de líquido en la cabeza del bebé (hidrocefalia)
- Cabeza pequeña (microcefalia)
- Crecimiento lento
- Defectos en manos y pies
- Acumulación de líquido en el cuerpo del bebé (hidrops)
Es aconsejable realizar una ecografía 3D para poder descartar con una mayor fiabilidad estas alteraciones en el desarrollo del bebé. Si las alteraciones mencionadas anteriormente no se visualizan en las ecografías, los futuros papás no deben preocuparse, ya que es muy improbable que el bebé esté afectado.
Varicela y embarazo: ¿cómo la prevenirla?
Si la futura mamá no ha padecido la varicela y ha estado en contacto con alguna persona afectada por el virus, debe acudir a su médico para que haga las analíticas correspondientes y determine si tiene riesgo real de padecerla.
Si estás intentado quedarte embarazada o tener un bebé está entre tus planes y no has pasado este virus, es aconsejable vacunarse contra la varicela, ya que esta vacuna estará contraindicada en el periodo gestacional.
El embarazo para cualquier mujer es una vivencia muy especial. Por ello, para poder vivir esta etapa con una mayor tranquilidad si no has padecido la varicela, es importante que te vacunes contra la infección, sobre todo si estás en contacto con personas que pueden ser susceptibles de contraer el virus, como pueden ser los niños en edad escolar. De esta forma, estarás protegida contra la enfermedad.
Si te has quedado embarazada antes de poder vacunarte contra esta infección, es importante que las personas de tu alrededor que sean susceptibles a contraerla se vacunen contra la varicela y además debes mantenerte alejada de ellas mientras pasan el proceso de los leves síntomas que pueden aparecen cuando se vacunan, ya que pueden ser infecciosos igualmente.