La prueba de azúcar en el embarazo es un test que sirve para detectar una posible diabetes gestacional, un tipo de diabetes que se da con cierta frecuencia en mujeres embarazadas que nunca han padecido esta patología.
Por lo general, aparece a mitad del embarazo y puede controlarse con una dieta saludable y ejercicio regular, aunque en algunos casos es necesaria la administración de insulina.
Principales características la prueba de azúcar en el embarazo
La prueba de azúcar, denominada también prueba de glucosa, se caracteriza por:
- Es una prueba sencilla que apenas supone molestias para la madre (salvo las propias de una extracción sanguínea) y ninguna para el bebé.
- No tiene efectos secundarios para la madre ni tampoco para su bebé.
- Es una prueba fundamental para poder controlar la salud de madre e hijo.
- Es una prueba indicada para todas las embarazadas.
- Normalmente se realiza entre las semanas 24 y 27 de gestación.
- Si existen factores de riesgo (más de 35 años, obesidad embarazos múltiples, hijos previos con bajo peso al nacer o diabetes mellitus en familiares de primer grado) la prueba se debe adelantar, realizándose dentro del primer trimestre.
¿En qué consiste esta prueba?
A la prueba de glucosa se le conoce también como test O’Sullivan y puede realizarse de dos maneras distintas: en uno o dos pasos.
Veamos cómo se realiza cada una de ellas:
Prueba en dos pasos
- Primer paso:
- No es necesario realizarla en ayunas.
- La gestante debe tomar un líquido que contiene 50 gramos de glucosa.
- Una hora después de tomar el líquido se realiza una extracción de sangre.
- Se verifica el nivel de azúcar en sangre.
Si el nivel de glucosa es demasiado alto se realiza un segundo paso:
- Segundo paso:
- Se debe realizar en ayunas.
- La mujer que se realiza la prueba debe tomar un líquido con 100 gramos de glucosa.
- Se extrae sangre antes de ingerir el líquido y 3 veces más cada 60 minutos después de tomarlo.
- Se verifica el nivel de glucosa en cada extracción
Prueba de un paso
- Se debe realizar en ayunas.
- Las mujer embarazada debe tomar un líquido que contiene 75 gramos glucosa.
- Se realiza una extracción de sangre antes de beber el líquido y 2 veces más cada 60 minutos después de tomarlo.
- Se verifica el nivel de glucosa en sangre en cada extracción.
¿Cuál son los niveles normales de glucosa?
En condiciones normales,los niveles de glucosa en sangre alcanzan su máximo en una hora y luego empiezan a descender.
Se considera que la prueba de glucosa ha dado unos resultados normales si el nivel de azúcar en sangre es igual o inferior a 140 mg/dL (7.8 mmol/L) una hora después de haber tomado la solución de glucosa. Si han salido estos resultados en el test de O’Sullivan significa que no existe diabetes gestacional.
Si se da el caso de que los niveles de glucosa pasada una hora son mayores de 140 mg/dl la prueba se considera positiva y es necesario realizar lo que se conoce como curva de tolerancia a la glucosa para confirmar los resultados. Se trata del segundo paso de la prueba de dos pasos.
Los valores normales en este caso son los siguientes:
- Menos de 95 mg/dl en ayunas.
- Menos de 180 mg/dl una hora después de la ingesta
- Menos de 155 mg/dl dos horas después.
- Menos de 140 mg/dl pasadas tres horas.
Se considera que la mujer embarazada tiene diabetes gestacional cuando al menos dos de tres valores sobrepasan los límites.
¿Qué ocurre si me diagnostican diabetes gestacional?
La diabetes gestacional es una complicación que se produce por el aumento de sustancias como el cortisol, la prolactina o el lactógeno en el organismo de la mujer embarazada. El problema es que estas sustancias tienen la capacidad de neutralizar la producción de insulina, lo que puede provocar un aumento de los niveles de glucosa en sangre.
La diabetes gestacional es una condición pasajera que casi siempre desaparece tras el embarazo, por lo que rara vez se convierte en crónica y suele solucionarse mejorando la alimentación, practicando ejercicio y solo en algunos casos requiere pincharse insulina.
De cualquier modo, es muy importante detectar y controlar la diabetes gestacional, ya que el exceso de azúcar en sangre durante el embarazo puede derivar en complicaciones importantes como: preeclampsia, parto prematuro por exceso de líquido amniótico, crecimiento excesivo del feto o desgarros en el periné.