¿Por qué es recomendable congelar embutido en el embarazo?

Durante tu embarazo te van a dar muchos consejos y recomendaciones, algunos de ellos relacionados con la prevención de enfermedades que pueden afectar a tu salud y, sobre todo, la de tu bebé. Es posible que te puedas llegar a sentir abrumada con estas cosas, siendo conveniente que te informes bien (lo mejor es consultarlo directamente con el equipo médico que controla tu embarazo) ya que muchas veces estos consejos son falsos o no tienen una base científica, creando falsas alarmas y preocupaciones innecesarias.

Uno de los consejos más recurrentes es la necesidad de congelar embutido en el embarazo. Te explicamos por qué se recomienda y hasta qué punto es necesario.

 

El origen es la toxoplasmosis

La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa provocada por un microparásito denominado toxoplasma gondii. Como ocurre con otras infecciones, en personas sanas el contacto con este parásito no origina ningún tipo de problema y además te inmuniza para siempre. Pero puede entrañar riesgos para el bebé en caso de que su madre se lo transmita:

  • Aborto espontáneo.
  • Nacimiento sin vida del bebé o a los pocos días.
  • Retraso mental.
  • Parálisis cerebral.
  • Infecciones en diversos órganos, como ojos, hígado o pulmones.

 

¿Cómo se contrae la toxoplamosis?

La principal vía de contagio son los excrementos de gato, pero también puede contraerse si se consumen carnes crudas o poco cocinadas, embutidos crudos, leche cruda de cabra, huevos crudos o vegetales que hayan sido contaminadas con el parásito causante de la enfermedad.

Precisamente al encontrarse los embutidos crudos en la lista de alimentos a través de los cuales se puede contraer la toxoplasmosis sí es recomendable congelarlos, ya que el parásito no puede sobrevivir a temperaturas extremas.

 

Consejos preventivos en relación a la toxoplasmosis

Un primer consejo sería averiguar mediante un análisis si te encuentras inmunizada por haber estado en contacto previamente con el parásito, ya que en este caso ya no lo puedes transmitir a tu bebé.

El resto de acciones de prevención tienen que ver con el contacto con mascotas, muy especialmente gatos, y con el cuidado de los alimentos que consumas durante y antes del embarazo:

  • Si tienes gato, puedes practicarle una análisis de sangre para saber si está inmunizado contra la enfermedad.
  • Procura no tocar demasiado a los gatos durante el embarazo.
  • Ten especial cuidado con las heces de los gatos, no las toques directamente e intenta que sea otra persona quien las limpie.
  • Limpia y cocina bien los alimentos antes de consumirlo, ya que el parásito que provoca la toxoplasmoxis no es capaz de sobrevivir a temperaturas superiores a los 72º.
  • También es recomendable congelar los alimentos un par de días antes de consumirlos a una temperatura inferior a los 20 grados bajo cero por el mismo motivo: el toxoplasma gondii no es capaz de sobrevivir a temperaturas tan frías.
  • Uno de los tipos de alimentos que más riesgo tienen de contener el parásito responsable de la toxoplasmosis son los embutidos crudos, incluido el jamón serrano y como se suelen comer no cocinados se recomienda su congelación previa.
  • Las frutas y verduras también deben lavarse a conciencia como medida de precaución.

 

Tampoco hay que exagerar las posibilidades contraer toxoplasmosis a través de los gatos, ya que estos solamente puede infectarse si comen carne contaminada que esté poco cocinada o cruda. Además, como les ocurre a los humanos, si llegan a infectarse pasadas tres semanas, estos animales se convierten también en inmunes y no pueden transmitir la enfermedad.

Los síntomas de la toxoplasmosis en las madres son inexistentes o tan leves o parecidos a los de una gripe o resfriado (mal de garganta, dolores musculares, fiebre, cansancio) que suelen pasar desapercibidos. Por lo que la única forma de saber si has padecido toxoplasmosis es un mediante un análisis.

 


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