Anemia en el embarazo: qué la causa y cómo combatirla

¿Qué causa la anemia en el embarazo?

Durante el embarazo, sobre todo en el segundo y tercer trimestre, la cantidad de sangre en el organismo aumenta considerablemente (hasta un 50% por encima de lo normal), lo cual implica un aumento de la necesidad de hierro con el objeto de producir más hemoglobina para cubrir las necesidades del bebé y la placenta.

Cuando el hierro, un elemento esencial para la producción de hemoglobina (proteína que se encuentra en los glóbulos rojos y que se encarga de una función tan básica como transportar el oxígeno a las células), se sitúa por debajo de los valores normales se produce la anemia.

 

¿Cuáles son los valores normales de hierro en la sangre?

Se distinguen dos tipos de valores para considerar si una mujer padece o no anemia en función de si está o no embarazada:

Mujer no embarazada Se considera anémica si el nivel de concentración de hemoglobina es < 12 g/dl
Mujer embarazada Se considera anémica si el nivel de concentración de hemoglobina es < 10g /dl

 

Otras causas además de la falta de hierro

La falta de hierro es, como hemos comentado, la principal causa de anemia pero existen algunas otras como:

  • Carencia de suficiente ácido fólico o vitamina B12 en la dieta habitual de la mujer embarazada.
  • Pérdida excesivas de sangre.
  • Presencia de ciertas enfermedades o trastornos de la sangre de carácter genético o hereditario.

 

¿Cómo puede afectar la anemia al bebé y a la madre?

Aunque el feto tiene la capacidad de cubrir sus necesidades nutricionales tomando la cantidad de hierro que precisa antes que la madre, diversos estudios certifican que cuando la mujer padece de anemia su bebé tiene más posibilidades de tener los siguientes problemas:

  • Mayor riesgo de parto prematuro.
  • Se aumentan las posibilidades de que el bebé nazca con bajo peso.
  • Las reservas de hierro del bebé también pueden verse afectadas, aumentando las posibilidades de que padezca anemia durante su infancia.

Por su parte, las madres con anemia durante el embarazo pueden sufrir los siguientes síntomas:

  • Cansancio extremo y debilidad.
  • Mareos.
  • Palidez en uñas, labios y debajo de los párpados.
  • Ritmo cardíaco acelerado.
  • Palpitaciones.
  • Respiración entrecortada.
  • Dolores de cabeza.
  • Ansiedad e irritabilidad.
  • Problemas de concentración.
  • Caída abundante de cabello.
  • Pérdida de apetito.
  • Uñas frágiles.
  • Inapetencia.
  • Apatía

 

¿Cómo combatir la anemia en el embarazo?

La mejor forma que tienes para prevenir la anemia en el embarazo es procurar ingerir la dosis de hierro recomendada: unos 30 mg diarios (un 30% más de la cantidad habitual).

Para conseguirlo debes llevar una dieta rica en los siguientes alimentos:

  • Carnes de ave: pollo, pato y pavo.
  • Carnes rojas.
  • Hígado.
  • Huevos.
  • Frutas que contengan vitamina C: naranjas, limones, kiwi…
  • Vegetales de hoja verde: espinacas, brócoli, acelgas…
  • Legumbres: lentejas, guisantes…
  • Pan y bollos de harina integral.
  • Pescados y mariscos: sardinas, mejillones, almejas…

Cuando los análisis han confirmado que tienes anemia, lo más frecuente es que el médico te recete algún tipo de suplemento de hierro con el objetivo de que tu organismo asimile de 60 a 120 mg diarios.

No queremos finalizar el artículo sin recordarte que, si bien la anemia debe ser detectada y controlada cuanto antes (con los análisis correspondientes, ya que si es leve apenas da síntomas o puede confundirse con los típicos del embarazo) es muy frecuente y fácil de solucionar.

En casi todos los casos, la anemia se debe a deficiencias nutricionales (de hierro principalmente) que pueden compensarse sin excesivos problemas con la administración de suplementos orales.

 


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