¿Amniocentesis duele? Descubre sus posibles riesgos y molestias

La amniocentesis es una prueba invasiva que se les realiza a algunas embarazadas con el fin de realizar análisis y tratamientos.Con ella es posible detectar anomalías en la salud del bebé. Esta prueba consiste en extraer una pequeña muestra del líquido amniótico que rodea al feto.

El análisis de dicha muestra permite diagnosticar si el bebé sufre: alteraciones cromosómicas (síndrome de Downsíndrome de Edwards y síndrome de Patau, entre otras), enfermedades genéticas como la fibrosis quística y otras patologías como la espina bífida. En el caso de polihidramnios (demasiado líquido amniótico) se realizaría para extraer el exceso de líquido.

 

¿Es una prueba dolorosa para la madre?

La prueba de la amniocentesis consiste, básicamente, en la introducción de una aguja muy fina, de 1 mm, hasta penetrar en el útero con el objeto de extraer entre 20 y 25 ml del líquido amniótico que rodea al bebé. A este proceso se le denomina punción y dura muy poco, apenas un par de minutos.

Pero en realidad la prueba en su totalidad es más larga, ya que previamente, durante unos 10 ó 15 minutos, se realizan pruebas ecográficas para determinar cuál es la mejor zona para realizar la punción.

Amniocentesis… ¿duele? Esta es, seguramente, la pregunta que se hacen muchas de las mujeres que van a someterse a esta prueba. Lo cierto es que normalmente se experimenta un cierto dolor, aunque leve, en el momento de la punción, así como molestias en la zona del abdomen al introducirla aguja en el útero.

Además de este dolor, que como hemos dicho es de baja intensidad, una vez finalizado el procedimiento la madre puede experimentar debido a la amniocentesis efectos secundarios, que incluyen:

  • Dolor abdominal.
  • Sangrado o pérdida de líquido amniótico.
  • Irritación alrededor del lugar de la punción.

 

El riesgo más importante de la amniocentesis es el de aborto

El riesgo más importante relacionado con esta prueba invasiva es que se produzca un aborto, algo que ocurre, aproximadamente, en un 1% de los casos. Las causas de dichos abortos son:

  • Infecciones en el bebé.
  • Daños en el saco amniótico al atravesar el útero con la aguja.
  • Punción fetal o del cordón umbilical durante la prueba.

También es posible la trasmisión de infecciones de la madre al feto, como por ejemplo el VIH o la hepatitis C. Por esta razón, la amniocentesis está contraindicada en caso de infecciones crónicas de la madre.

 

Los cuidados tras la amniocentesis

Una vez realizada la prueba, con el fin de minimizar el riego de aborto se recomienda guardar reposo de entre uno y dos días, evitando especialmente hacer movimientos bruscos.

Así mismo, debes ponerte en contacto urgente con el especialista si después de la amniocentesis notas algunos de estos síntomas:

  • Pérdida de líquido amniótico.
  • Sangrado abundante.
  • Fiebre(a partir de 38°C).

 

La salud de la futura mamá y del feto es lo más importante durante un embarazo, lo que hace necesario conocer y apostar por la tecnología y los métodos que tengan un menor riesgo, como es el caso del test prenatal no invasivo NACE. Aunque no es una prueba de diagnóstico sino de cribado, su altísimo nivel de fiabilidad evita el tener que realizar amniocentesis innecesarias, con los riesgos y molestias que toda prueba invasiva conlleva.


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