Ser madre a partir de los 35 años

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en España la edad media de las mujeres para tener su primer hijo se sitúa en los 32,2 años, siendo cada vez más habitual ser madre después de los 35 años. Posponer la maternidad comporta algunos riesgos, ya que con la edad aumentan las posibilidades de tener hijos con patologías congénitas y de desarrollo de enfermedades como diabetes o hipertensión en la madre, y disminuyen las posibilidades conseguir un embarazo de forma natural. Aún así, ser madre a los 35 años es posible y no siempre es sinónimo de embarazo de alto riesgo.

 

¿Por qué hemos retrasado la edad de la maternidad?

En nuestro país el retraso de la maternidad no es un fenómeno nuevo. Desde 1997, las españolas somos las europeas que más tiempo nos resistimos sin dejarnos tentar por el “reloj biológico”: mientras que la media para tener el primer hijo en Europa se sitúa en los 29,5 años en nuestro país supera ya los 32.

Los motivos son varios, aunque la incorporación de la mujer al trabajo, los emparejamientos más tardíos y la difícil conciliación de la vida familiar y laboral son algunas de las causas que hacen que las mujeres decidamos retrasar el momento de la maternidad.

Además, avances en el campo de la reproducción asistida como la Fecundación In Vitro, la vitrificación de óvulos propios o el uso de óvulos de donante permiten ser madre a edades más tardías y eso hace que muchas mujeres aparquen el proyecto de ser madre hasta conseguir una carrera profesional o una situación económica más estable.

 

¿Cuáles son los riesgos de ser madre a los 35 años?

La edad idónea para tener descendencia se sitúa entre los 25 y los 35 años. Algunos especialistas incluso la adelantan a los 20-30. Las casusas son puramente biológicas: todas nacemos con, aproximadamente, 400.000 óvulos, y esta cantidad no aumenta con el tiempo. Puesto que cada mes perdemos un porcentaje de ellos, la reserva ovárica disminuye con el paso de los años sin posibilidades de “recuperación”.  Así, mientras que las mujeres de entre 18 y 24 años poseen 200.000, las de entre 25 y 31 cuentan con 75.000, y cuando llegan a los 45 su ‘reserva’ sólo asciende a 10.000 óvulos.

Además, ser madre a los 35 o más adelante conlleva algunos riesgos para la madre y para el feto.  Los más importantes son:

  •  Aumento de las posibilidades de que la madre manifieste enfermedades como diabetes e hipertensión. Tanto la presión arterial elevada como la diabetes pueden aparecer, por primera vez, durante la gestación, y especialmente en mujeres a partir de los 35. Tu médico te aconsejará como minimizar el riesgo de aparición y, en el caso de que debuten, qué medidas realizar para controlarlas.
  • Mayor riesgo de que el bebé tenga enfermedades congénitas o anomalías cromosómicas vinculadas a la edad avanzada de la madre. Según la ‘Guía para la prevención de riesgos congénitos’, editada por el Ministerio de Sanidad, existe una fuerte correlación entre la edad de ambos progenitores y los riesgos que implica el embarazo, que se incrementan en las gestaciones de madres de edad avanzada (es decir, en torno a los 35 años). Así, y según datos del Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas, el riesgo de Síndrome de Down en recién nacidos varía de acuerdo a la edad materna. A los 40 años es de 1:26 y a los 46 aumenta a 1:98. Un riesgo elevado si tenemos en cuenta que a los 30 años se sitúa en 1:11.
  • Mayor riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro y complicaciones durante el alumbramiento que deriven en hemorragias, cesáreas y episiotomía.

A pesar de los riesgos, ¿es posible ser madre a partir de los 35?

Rotundamente sí. Además, los controles periódicos y las nuevas tecnologías permiten que los embarazos tardíos hayan dejado de considerarse de alto riesgo. A esto también influyen algunas pruebas como el Test Nace, que permite a la embarazada conocer, en sólo tres días y mediante una muestra de sangre realizada en el primer trimestre del embarazo, si el feto padece alguna anomalía cromosómica. Gracias a la disponibilidad de esta prueba en España, las futuras mamás pueden evitar someterse a otras como la amniocentesis, mucho más agresiva para la madre y para el feto, y vivir esta etapa de su vida con mayor tranquilidad.

En todo caso, si te estás planteando ser madre a los 35 años es importante tener en cuenta estas recomendaciones:

  • Antes de concebir, acude a tu médico para realizarte un chequeo que asegure que estás en el mejor estado de salud posible. De no ser así, éste puede darte unas pautas que aumenten las posibilidades de concepción y que garanticen un embarazo seguro. También es importante que tu médico descarte la presencia de enfermedades infecciosas como toxoplasmosis y rubéola. En caso contrario, es necesario que tomes una serie de medidas preventivas para no padecerlas durante el embarazo, ya que tienen efectos perjudiciales en el desarrollo del feto.
  • Toma ácido fólico al menos un mes antes de quedarte embarazada. El ácido fólico reduce el riesgo de que el bebé presente malformaciones congénitas como la espina bífida, que se producen en las primeras etapas de desarrollo del feto.  Muchos médicos aconsejan comenzar a tomar ácido fólico antes del embarazo especialmente para mujeres que van a ser madres a los 35.
  • Incrementa la ingesta de ácidos grasos omega 3. Los ácidos graso Omega 3 están presentes en alimentos como el pescado azul (atún, caballa, sardinas, salmón, trucha, anchoas…), frutos secos como las nueces, algunos mariscos, etc. Entre los beneficios del Omega 3 destacan la prevención de problemas de hipertensión en la mujer y el favorecimiento de la maduración del sistema nervioso del feto.
  • Elimina el alcohol y el tabaco. Esto se amplía, además de al consumo directo de ambas sustancias, a evitar lugares con humo ambiental.
  • Haz ejercicio. El ejercicio, tanto antes como después de la gestación, es beneficioso para mejorar la forma física y evitar coger peso. Si vas a ser madre a los 35 realizar actividades físicas de forma habitual también te ayudará a controlar el estrés y aumentará tu sensación de bienestar.
  • Controla las enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión. Ambas son más frecuentes a partir de cierta edad e inciden negativamente tanto en la salud del feto como en la de la madre durante el embarazo.
  • Sigue una dieta sana y equilibrada.

Por último, recuerda que ser madre a los 35 implica un mayor control en los chequeos y pruebas prenatales periódicas. Por ello, es importante llevar un control más estricto de los mismos y, ante la menor molestia, acudir a un especialista de inmediato.


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