Olores en el embarazo: ¿es cierto que molestan más?

Experimentar una mayor sensibilidad a los olores en el embarazo no es un falso mito, al contrario, se trata de una circunstancia muy normal y frecuente que afecta a un porcentaje importante de las mujeres en estado. Por lo general, se perciben de forma muy intensa los olores fuertes y molestos, lo que causa bastante malestar en la mujer. Hay una explicación para ello.

 

Causas de la mayor sensibilidad a los olores

Existen una serie de causas que explican esta mayor sensibilidad olfativa que puede hacer que olores que antes no te molestaban, como por ejemplo el del pescado o los perfumes intensos, ahora no los soportes:

  • La principal causa es, como ocurre con otros muchos síntomas de embarazo, la generación de hormonas. La gonodrotopina coriónica al principio del embarazo y la progesterona y los estrógenos, conforme el embarazo avanza, provocan una irrigación del revestimiento mucoso de la nariz mayor de la habitual. Y esto aumenta la sensibilidad olfativa de las futuras madres.
  • Otras investigaciones apuntan a una defensa natural del organismo de la mujer. De esta manera se crea, de forma automática, una especie de mecanismo de protección que hace que se rechacen ciertos olores y, consecuentemente, también las sustancias que las ocasionan, que podrían resultar nocivas para la madre y su bebé. Esta teoría explicaría que muchos de los olores que comúnmente se rechazan corresponden a productos potencialmente peligrosos en el embarazo, como el tabaco o el alcohol.

 

¿Qué puedes hacer para aliviar las molestias relacionadas con los olores?

Esta aversión a los olores intensos suele remitir en el segundo trimestre. Mientras tanto, estos son algunos consejos que pueden ayudar a aliviar la situación:

  • Cocina con el extractor siempre conectado y las ventanas y puertas abiertas. Esto evitará la condensación de esos olores que tanto te molestan
  • Evita  en la medida de lo posible aquellos alimentos cuyo olor más te desagrada y ciertos productos de limpieza. Siempre que sea en un sitio de confianza, puedes comprar comida preparada.
  • Elimina o reduce el uso de desodorantes, colonias y perfumes de olor  fuerte. Si tu rechazo a estos olores es muy intenso, prescinde de los mismos durante un tiempo y pídele a tu pareja, familiares y amigos con los que pases mucho tiempo que tampoco lo hagan.
  • Coloca velas absorbe olores en diversos sitios de tu hogar.
  • Prescinde de ambientadores caseros y, sobre todo, evita colocarlos en lugares cerrados y pequeños como armarios, cajones o en el coche.

 

Por último, recuerda que por lo general esta aversión a algunos olores, lo que se conoce como hiperosmia, es pasajera. Suela aparecer en algún momento del primer trimestre y rara vez se alarga una vez pasados los tres primeros meses. De cualquier modo, si eres de las pocas que sigues notando estas molestias hasta el final de la gestación, piensa que seguro que desaparecerán tras el parto.

En una proporción mucho menor de mujeres embarazadas, se puede dar la situación contraria: una pérdida del sentido del olfato. Este fenómeno, denominado anosmia, puede ser debido a la congestión de las fosas nasales y es también de carácter temporal, por lo que no se suele alargar más allá del primer trimestre.

 


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