Síndrome del príncipe destronado: cómo afrontar la llegada de un hermanito

El llamado Síndrome del Príncipe Destronado es la aparición de celos en un niño ante la llegada de un hermanito. Esta etapa pasará y aunque con naturalidad, sentido común y una comunicación adaptada podremos conseguir que nuestro hijo acepte e incluso desee la llegada del nuevo bebé, es importante prestar atención a algunos síntomas para evitar estados de nerviosismo o mal comportamiento.

 

Muchos cambios en la familia

La llegada de un hermanito o hermanita modifica completamente los hábitos de vida de una familia debido a las atenciones y cuidados que requiere el bebé, sobre todo durante los primeros meses. Sin embargo, ya antes del nacimiento, el niño también notará ciertos cambios y nervios a su alrededor que abarcan desde la preparación de un nuevo cuarto o hasta una mayor preocupación de los padres.

Además, y especialmente durante las últimas semanas del embarazo, la mujer experimentará cansancio, somnolencia y malestar que pueden impedirle estar al cien por cien junto a su pequeño y que éste demande más atención de lo normal porque no entiende lo que ocurre.

Aún así, la aparición de celos suele desencadenarse una vez el nuevo hermanito o hermanita ha nacido y cuando la nueva “rutina” ya se ha asentado en la familia.

¿Todos los niños sufren el Síndrome del Príncipe Destronado? ¿Cómo notaré su aparición?

El Síndrome del Príncipe Destronado es muy común, especialmente en hijos primogénitos y en familias en las que no hay otros bebés. Puede aparecer a cualquier edad y su base principal son los celos porque el niño se siente ¿?. Piensa que ante el nacimiento de un bebé es inevitable hacer ajustes en el hogar para que todo funcione bien y que no todos los niños se adaptan rápidamente a ellos. Por lo tanto, la paciencia será el mejor aliado para que nuestro príncipe no se sienta destronado.

En muchos casos, los celos van acompañados de estados de tristeza y de nerviosismo que deben solucionarse o minimizarse porque pueden llegar a cronificarse. Los siguientes comportamientos y reacciones de tu hijo pueden alertarte sobre la presencia del Síndrome del Príncipe Destronado:

  • El niño manifiesta cierto retroceso evolutivo. Es decir, vuelve a chuparse el dedo, se orina encima o habla como un bebé.
  • Intenta llamar la atención de los adultos de forma insistente e incluso negativa. Muchas veces el Síndrome del Príncipe Destronado va acompañado de mal comportamiento tanto en casa como en el colegio.
  • Presenta síntomas psicosomáticos sin motivo aparente (dolor de barriga, malestar general, etc.)
  • Ignora a su hermano pequeño e interactúa con el resto de la familia como si éste no existiese.

 

¿Cómo evitar el Síndrome del Príncipe Destronado?

Según The Nemours Foundation’s Center for Children’s Health Media el primer paso para evitar el Síndrome del Príncipe Destronado es hablar con tu hijo según su grado de madurez. Por ejemplo, si todavía está en preescolar, puede que no entienda bien el concepto de tiempo, de modo que para él no tendrá demasiado sentido que le digan que el bebé llegará dentro de 9 meses. Puede ser más útil explicarle que el bebé llegará en determinada época del año, como en invierno.

También ayudará a que tu hijo acepte la nueva situación que se vea involucrado en el embarazo desde el primer momento: puede ayudaros a elegir el nombre, la ropita o los juguetes del bebé, lo que amplificará su ilusión. Además, si le explicáis los motivos por los que estáis más cansados o nerviosos, sus temores se reducirán. Involucrarse en el embarazo también ayuda a los niños a entender por qué su hermano demanda más tiempo, por qué hay que modificar los horarios de la casa o por qué recibe regalos y visitas.

En todo caso, algunos tips para evitar la aparición del Síndrome del Príncipe Destronado son:

  • Actividades, juegos y cuentos. Ver fotografías o libros que muestren cómo nace un bebe y cuentos o juegos que ilustren la relación entre hermanos y el papel destacado del mayor puede ayudar al niño a entender su nuevo rol en la familia.
  • Apoyo, paciencia, cariño y empatía. Es importante que estéis pendientes de vuestro hijo, dejarle opinar y contar con sus preferencias en la toma de decisiones. Si lo notas irritable, triste e introvertido en algunos momentos, recuerda que puede ser una actitud normal que no hay que recriminar sino superar.
  • Visita a amigos o familiares que acaban de ser padres es otra buena estrategia. También es muy útil hablarle de cómo fue su embarazo y lo que significó para vosotros. Así entenderá vuestra ilusión y empatizará con ella.
  • El papel del hermano mayor. Es importante que, tras el nacimiento, tu hijo sea una de las primeras visitas que recibáis en el hospital. Una vez en casa cuenta con él para el cuidado del recién nacido y haz hincapié en las ventajas de ser el hermano mayor. No olvides respetar sus cosas y sus espacios.

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