Embarazo 9 semanas: todo lo que te conviene saber

Los cambios en el bebé

El embarazo a las 9 semanas se caracteriza, principalmente, porque ya se ha completado la formación, aunque todavía a un nivel muy básico, de prácticamente todos los sistemas del organismo del bebé y sus distintos órganos comienzan el proceso de maduración y desarrollo que, pasados unos meses, le permitirán poder vivir de forma autónoma fuera del útero.

Cabe señalar que a las 9 semanas el bebé es todavía muy pequeño, apenas alcanza los 3 cms. y solamente pesa unos 2 grs. Sin embargo, ya tiene todas las partes del rostro bastante bien formados: nariz, orejas e inclusive los párpados, aunque estos permanecerán cerrados hasta la semana 28.

Se puede afirmar que, aunque a una escala todavía muy reducida, la estructura de ese pequeño ser es muy similar a la que tendrá cuando finalice el periodo de gestación. Un ejemplo del alto nivel de desarrollo que ya ha alcanzado el bebé en su segundo mes de existencia, es que ya se le empiezan a formar incluso las huellas dactilares, que serán únicas en cada persona.

Tanto para las niñas como para los niños aparece una estructura común que se llama tubérculo genital, que más tarde se diferenciará en la vulva (niñas) y en el pene y testículos (niños).

En su minúsculo corazón ya están conformadas las 4 cavidades y, además, ya se encuentran presentes las articulaciones que le permite moverse con soltura en el saco amniótico en el que está envuelto. De hecho, a las 9 semanas el bebé ya se mueve con soltura, aunque se trata de movimientos de carácter involuntario, puesto que los músculos aún no han establecido una conexión con el cerebro.

Los cambios en la madre

Además de los síntomas iniciales, como náuseas y vómitos, que en realidad son muy variables en cada mujer, en la semana 9 puede que notes  una presión mayor en pelvis y caderas.

También es habitual tener más cansancio y sueño, debido sobre todo a los cambios hormonales, síntomas que pueden intensificarse por los constantes viajes al baño durante la noche.

Otro síntoma bastante habitual de esta etapa del embarazo son los mareos. Estos ocurren porque el cuerpo de la madre está sufriendo un importante proceso de adaptación, con el objeto de poder satisfacer las crecientes necesidades del bebé. Una de estas necesidades es tener más volumen de sangre en circulación y para ello es necesario que el corazón bombee más sangre y para conseguirlo se reduce el nivel arterial. Por eso pueden tener lugar mareos y, en algunos casos hasta desmayos.

Estos mareos son mas frecuentes en días de mucho calor, casi siempre durante los meses de verano o en regiones con climas muy cálidos. Como prevención, si estás embarazada y tienes tendencia a sufrir mareos te recomendamos: evitar estar de pie mucho rato seguido, tratar de no permanecer demasiado tiempo en lugares donde haya grandes aglomeraciones de personas y levantarse de la cama o del sofá con cuidado, tratando de no realizar movimientos bruscos.

 


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