La estimulación ovárica permite obtener más óvulos, más maduros y de mejor calidad, lo que aumenta las probabilidades de embarazo en todos los tratamientos de fertilidad. Está especialmente recomendada cuando la mujer tiene ciclos menstruales irregulares y con madres de edad avanzada.
¿Para qué sirve la estimulación ovárica?
El objetivo de la estimulación ovárica es regular o modificar el ciclo menstrual de la mujer e inducir una ovulación múltiple a través de la administración de diferentes fármacos y hormonas. Gracias a la estimulación ovárica se puede garantizar y anticipar el momento exacto de la ovulación y la correcta maduración del óvulo que se inseminará. Así se puede planificar de forma más eficiente la inseminación artificial o la extracción de los óvulos para una fecundación in vitro, para una donación o para una criogenización propia de las técnicas de preservación de la fertilidad.
¿Cómo se hace la estimulación ovárica?
Durante la estimulación ovárica se le administran a la mujer las hormonas implicadas en la regulación de la reproducción, entre ellas:
- La FSH, que sirve para estimular el crecimiento de folículos.
- La LH, hormona luteinizante que estimula la ovulación femenina y que controla entre otras cosas la maduración de los folículos.
La estimulación ovárica puede hacerse a través de la toma oral de pastillas o mediante inyecciones subcutáneas o intramusculares diseñadas para ser administración en el propio domicilio. El tipo de medicación y su dosis es totalmente personalizada y viene determinada por el médico especialista en función de:
- La edad de la mujer
- La morfología de sus ovarios
- Su analítica hormonal
- La respuesta a estimulaciones ováricas previas
Fases de la estimulación ovárica
Aunque no existe un tratamiento estándar, la estimulación ovárica incluye en todos los casos controles regulares mediante ecografías y análisis de sangre para seguir el crecimiento y maduración folicular y determinar el momento exacto de la extracción o inseminación.
Fase 1: Maduración de ovocitos
La primera fase de la estimulación ovárica consiste en la toma de hormonas para conseguir varios ovocitos maduros. Se realiza durante los 8-10 días una vez comienza la regla.
Fase 2: Control médico
Durante las dos semanas siguientes el especialista realiza u ecografías transvaginales para determinar el número de folículos desarrollado en cada ovario y su grado de crecimiento.
Fase 3: Ovulación
Cuando un folículo alcanza 18 milímetros (aproximadamente) se considera que ya puede tener en su interior un ovocito con capacidad para fecundar. Normalmente esto ocurre los días 11 y 12 del ciclo menstrual. En ese momento se administra a la mujer una hormona denominada gonadotropina coriónica humana (HCG) para provocar la maduración final del óvulo. El objetivo es controlar el momento exacto de la ovulación y así opracticar la extracción de los ovocitos entre 24 y 48 horas después de la administración de la HCG, o proceder a la inseminación artificial con el semen preparado para la misma.
Fase 4: Preparación del endometrio
En los tratamientos de fecundación in vitro, tras la extracción de óvulos, el endometrio se prepara para la transferencia de los óvulos fecundados y que los embriones se implanten con mayor facilidad. Esta preparación incluye la administración de progesterona durante unos días.
¿Cuándo se realiza la estimulación ovárica?
La estimulación ovárica se utiliza en casi todos los tratamientos de fertilidad ya que aumenta considerablemente las probabilidades de éxito de los mismos. Aun así, está especialmente indicada en los casos de infertilidad femenina causada directa o indirectamente por desórdenes y trastornos en la ovulación (alrededor de un 21% de los casos de infertilidad femenina) y que tienen como consecuencia ciclos irregulares más cortos o más largos de lo normal e incluso la ausencia total de la menstruación.
La estimulación ovárica también es uno de los tratamientos más demandados cuando la edad de la madre es avanzada, ya que puede haber problemas en la cantidad y calidad de sus óvulos y esto disminuye las probabilidades de embarazo. De esta forma pueden obtener más de un óvulo por ciclo y controlar su madurez y viabilidad de una forma más efectiva.
Por último, la estimulación ovárica se emplea conseguir un mayor número de ovocitos en los casos de donación de óvulos o cuando se busca preservar la fertilidad con técnicas como la vitrificación de óvulos y/o embriones.
¿Qué riesgos conlleva una estimulación ovárica?
Aunque los riesgos de la estimulación ovárica son mínimos la administración hormonal extra puede producir que el ovario aumente su tamaño considerablemente y la mujer puede experimentar molestias abdominales, una discreta hinchazón y pesadez en el bajo vientre.
En casos muy esporádicos la estimulación ovárica puede ser origen de una torsión ovárica (que el ovario gire sobre sí mismo), en cuyo caso hay que acudir inmediatamente el médico. Para evitar posibles complicaciones se recomienda a las mujeres que se someten a este tratamiento que limiten las actividades físicas bruscas (gimnasia, saltos y en algunos casos relaciones sexuales) al final del periodo de estimulación y en los días posteriores al mismo.
Los tratamientos de estimulación ovárica también predisponen a que la mujer desarrolle en distintos grados un síndrome de hiperestimulación ovárica, aunque en la actualidad la aplicación de protocolos y fármacos específicos previene este riesgo al máximo. También son responsables de que alrededor de un 20% de los embarazos resultantes de los tratamientos de fertilidad sean gestaciones múltiples.
Por último, no hay que olvidar que muchas mujeres se someten a una estimulación ovárica por una cuestión de edad. Como en estos casos también aumentan los embarazos de riesgo y las alteraciones genéticas en el feto se les recomienda realizarse un test prenatal para descartar las alteraciones cromosómicas que con mayor frecuencia se detectan en el feto sin poner en riesgo su embarazo y permitiéndoles afrontar la mayor parte de la gestación con tranquilidad.
El test NACE se recomienda a todas las mujeres mayores de 35 años y a aquellas cuya gestación se ha conseguido mediante técnicas de fecundación in vitro (incluidas gestaciones con donación de óvulos). Permite la detección de anomalías en los cromosomas 21, 18 y 13 (síndromes de Down, Edwards y Patau) y en los cromosomas sexuales X e Y. Además, se realiza con un análisis de sangre similar a una extracción convencional.
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