Para muchas embarazadas, especialmente para las primerizas, hablar de contracciones es sinónimo de ansiedad y nerviosismo ya que temen no saber identificarlas o que sean muy dolorosas. El propósito de las contracciones del parto es dilatar el cuello uterino y permitir que el bebé salga al exterior con mayor facilidad. Llegado el momento, saber detectarlas y aliviarlas es importante para mayor tranquilidad de la madre.
¿En qué se diferencian las contracciones del parto de otro tipo de contracciones?
A lo largo del embarazo la mujer puede experimentar diferentes tipos de contracciones. En el blog de Sanitas diferencian, concretamente, tres tipos:
- Contracciones focales.
- Contracciones de Braxton Hicks.
- Contracciones de parto.
Las primeras se originan, generalmente, por una estimulación del útero debido a un movimiento del feto; las segundas, son pequeñas contracciones de baja intensidad y frecuencia (a veces imperceptibles) que abarcan todo el útero, pueden extenderse a lumbago e ingles, y se calman fácilmente; las terceras son las más intensas de todas, se producen de forma regular y rítmica, y no pasan desapercibidas porque suelen ser dolorosas.
Además de estas tres categorías, existe otro tipo de contracciones previas al parto, las llamadas contracciones podrómicas o podromos, que tienen como objetivo borrar el cuello del útero. Éstas aparecen en la última semana del embarazo y, al igual que las de Braxton Hicks, suelen calmarse cuando la mujer cambia de posición.
Las contracciones de parto son completamente diferentes a las anteriores tanto en duración como en intensidad. Podrás diferenciarlas porque son regulares y cada vez de tienen una duración e intensidad mayor.
Las primeras contracciones de parto van asociadas, por norma general, a la expulsión del tampón mucoso y a la sensación de compresión en la vagina. La sensación, provocada por la presión de la cabeza del bebé en el perineo y en el recto, es similar a la de evacuar el intestino.
Normalmente, entre las primeras contracciones de parto el dolor disminuye, momento que debes aprovechar para realizar los ejercicios de relajación/respiración que has aprendido en las clases de preparación al parto.
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¿Cómo evolucionan las contracciones a lo largo del parto?
Una vez comienzan las contracciones de parto, éstas son cada vez más rápidas e intensas, y no ceden ante el reposo o el cambio postural. Entre ellas distinguirás:
- Contracciones de dilatación. Comienzan como un dolor de riñones que se va trasladando al vientre. Son regulares, se repiten cada 15-20 minutos y duran apenas 20 segundos, aunque cada vez serán cada menos tiempo y más largas. Es muy importante controlarlas y “cronometrarlas”. Cuando son cada 10 minutos, ha llegado el momento de ir al hospital.
- Contracciones de transición. El objetivo de estas contracciones es alcanzar una dilatación de entre 2 y 4 centímetros. Las molestias comienzan en la zona del bajo vientre y de ahí se extienden a caderas, abdomen y periné. Se suceden cada minuto o minuto y medio y son continuas, por lo que para aliviarlas es necesario adoptar una postura cómoda (tumbada o de medio lado) y respirar de forma regular. Si la mujer va a ponerse la epidural, éste es el momento de hacerlo.
- Contracciones de expulsión. Son las contracciones de parto más duraderas e intensas. En este momento es muy importante seguir las indicaciones de la matrona para empujar y facilitar la llegada del bebé y la expulsión de la placenta.
Después de dar a luz la mujer puede notar otras contracciones y que son movimientos del útero volviendo a su estado normal.
¿Pueden aliviarse las contracciones de parto?
El dolor de las contracciones del parto depende de cada persona, de su umbral del dolor y de la fase del alumbramiento en la que te encuentres. Por eso, para identificarlas debes guiarte siempre por la frecuencia y el momento en que se produzcan, más que por el dolor en sí.
En todo caso, es importante conocer algunos trucos para aliviar las contracciones del parto:
- La mejor postura. Tumbada, de pie, paseando, de cuclillas, sentada y con la espalda apoyada…para sobrellevar las contracciones del parto es fundamental que la mujer esté cómoda y eso implica que tenga libertad de movimientos.
- Técnicas de relajación. Si durante el embarazo has tomado clases de preparación al parto o de relajación, ha llegado el momento de poner tus conocimientos en práctica. Respirar correctamente no sólo será positivo ahora, sino que te ayudará a prepararte para el parto.
- Baño de agua tibia. Aunque la inmersión en agua no es recomendable hasta que no estamos en fase de dilatación (algunos hospitales disponen de bañeras con esta finalidad), una ducha de agua caliente puede ayudarte a relajarte y a disminuir las molestias durante las primeras contracciones del parto.
- Los masajes son muy útiles para relajar los músculos y aliviar tensiones. Llegados a este momento, un suave masaje en la zona lumbar puede aportar un gran alivio a la futura mamá.