La sesión inaugural de la 31 Reunión Anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE, sus siglas en inglés) es, como todos los años una de las más concurridas. Esta reunión, que incluye la conferencia magistral de Reproducción Humana, ha establecido una tradición: es la más concurrida de todo el congreso. El año pasado en Múnich, 3.000 asistentes llenaron el auditorio para escuchar a Chris Barrat, de la Universidad de Dundee. Este año el turno ha sido para Courtney Lynch, investigadora de la Universidad de Ohio, que ha querido dedicar su conferencia a los nocivos efectos del estrés en la concepción.
La conferencia versó sobre los datos del estudio llevado a cabo por su grupo y publicado en ‘Human Reproduction’. Realizado de forma retrospectiva en Texas y Michigan, como parte del Estudio para la Investigación Longitudinal de la Fertilidad y el Medio Ambiente (LIFE, por sus siglas en inglés), empezó en 2005 con la inscripción de 501 parejas que intentaban concebir un hijo y a las que se les siguió durante 12 meses y 12 meses y medios, en los casos en los que se produjo el embarazo.
Los científicos encontraron que las mujeres con altos niveles de alfa-amilasa, un indicador biológico de estrés medido en la saliva, son un 29% menos propensas a quedarse embarazadas cada mes y tienen más del doble de probabilidades de cumplir con la definición clínica de infertilidad (no quedarse embarazada a pesar de un año de relaciones sexuales regulares sin protección) en comparación con aquellas con bajos niveles de esta enzima.
Las participantes del estudio tenían entre 18 y 40 años y sin problemas de fertilidad conocidos. Se recogieron muestras de saliva de las participantes a la mañana siguiente al día de la inscripción en el estudio y a la mañana siguiente al primer día de su primer ciclo menstrual analizado en el ensayo.
Las muestras estuvieron disponibles para 373 mujeres y se analizaron para determinar la presencia de alfa-amilasa y cortisol en saliva, dos biomarcadores de estrés. «Este es el segundo estudio en el que hemos demostrado que las mujeres con altos niveles de los biomarcadores de estrés alfa-amilasa salival tienen una menor probabilidad de quedarse embarazadas en comparación con las mujeres con bajos niveles. Por primera vez, hemos demostrado que este efecto es potencialmente clínicamente significativo, ya que está asociado con dos veces más riesgo de infertilidad entre las mujeres», afirma Lynch,
El equipo científico cree que los resultados de esta investigación deberían alentar a las mujeres que están pasando por dificultades para quedarse embarazadas a considerar gestionar su estrés con técnicas como el yoga o la meditación.