A lo largo del periodo de gestación, y entre las numerosas visitas médicas que lo acompañan, una de las pruebas en las que tanto padres como profesionales ponen mucho énfasis es la prueba de la translucencia nucal, también conocida como la prueba de la medición del pliegue nucal o como sonolucencia nucal.
Esta prueba, propia del primer trimestre, suele ser un primer paso para la detección del síndrome de Down en el embarazo, junto con técnicas más avanzadas como el test prenatal no invasivo NACE y previo a la realización de otras pruebas como la amniocentesis.
¿Qué es la translucencia nucal?
La translucencia nucal es una prueba que se hace con el fin de saber si el futuro bebé tendrá riesgos de sufrir algún tipo de alteración cromosómica.
Concretamente, esta prueba se centra en hallar si el bebé padece trisomía 21, o dicho de otra forma, si tiene la alteración cromosómica que ocasiona el síndrome de Down.
Para detectar esto, se realiza una ecografía del pliegue nucal con ultrasonidos y se mide el líquido existente en esta zona. El especialista mide el espacio anatómico que hay en la zona de la nuca del bebé, lugar en el cuál, se acumula dicho líquido.
¿Cómo se mide el pliegue nucal?
La medición del pliegue nucal se realiza mediante una ecografía similar a las que te realizarás a lo largo del embarazo. Esta ecografía permitirá al especialista medir el espacio que llena el líquido que se encuentra en el pliegue nucal.
Si durante la prueba se encuentra más líquido en el pliegue nucal de lo habitual, las probabilidades de que tu bebé tenga síndrome de Down aumentan considerablemente.
Para poder observar esto, se debe hacer una ecografía con ultrasonidos. El especialista esperará el momento en el que el bebé se encuentre de costado, de manera que pueda observar a la perfección la zona de la nuca del bebé.
Translucencia nucal: valores normales
Existe un rango de valores entre los que se mueve este líquido acumulado, valores que sirven para comprobar que todo va correctamente en el desarrollo del bebé. Si los resultados de la prueba de sonolucencia nucal dan un valor más alto de lo normal, se empieza a barajar la posibilidad de que el bebé tenga algún cromosoma extra.
En concreto, las medidas de un pliegue nucal normal deben situarse entre los 2,5 mm y los 3 mm de grosor. Cuando los valores son superiores a estas cifras, se da un caso de translucencia nucal aumentada. Este es un indicador de que el bebé puede presentar alteraciones cromosómicas que afecten a su desarrollo.
Estos son los valores normales de la translucencia nucal tras 12 semanas de embarazo, cuando normalmente se realiza esta prueba. Es justo durante esta semana cuando el pliegue nucal es más transparente y se puede proceder mejor a su medición en una ecografía, aunque tu especialista puede pedir que la prueba se realice en un periodo más amplio, entre la semana 10 y la semana 14 de gestación.
Existen factores que pueden hacer que la prueba en sí no se pueda desarrollar, factores como que el bebé no se encuentre en la posición adecuada para observar su pliegue nucal o incluso que tu pared abdominal sea muy gruesa y que eso impida realizar con claridad la medición del pliegue nucal.
Ventajas de la translucencia nucal: una prueba segura
La ecografía de la translucencia nucal, como todas las pruebas que realizarás a lo largo del embarazo, presenta ventajas e inconvenientes tanto para ti como para tu bebé.
La parte positiva de esta prueba es que no es invasiva, es decir, es totalmente inofensiva tanto para ti como para el bebé. Al ser similar a una ecografía normal puedes estar totalmente segura que no afectará al embarazo.
Otro punto a favor de dicha prueba es que se realiza muy pronto, en la semana 12 del embarazo. En este momento prácticamente te encontrarás al inicio del periodo de gestación, con lo que te aportará una gran tranquilidad los meses venideros hasta el momento del parto.
Los avances tecnológicos también favorecen a la realización de la translucencia nucal, ya que, además de ver si el bebé tiene trisomía 21, se puede observar si existen malformaciones que afecten a otras partes del cuerpo.
Además de esto, al realizar la translucencia nucal se puede establecer el tiempo de gestación exacto del bebé, con tan solo 4 días de margen de error. Esto te puede ser muy útil para poder calcular en qué fecha nacerá el bebé.
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Desventajas de la medición del pliegue nucal: poca fiabilidad
El mayor inconveniente de la prueba de translucencia nucal es que no es 100% fiable. Una translucencia nucal normal no descarta la existencia de anomalías genéticas. De hecho, esta prueba es considerada de presunción, que sirve, en ocasiones, para tomar la decisión de realizar alguna prueba más avanzada y también más fiable.
Entre ellas, cabe destacar dos: por un lado, la amniocentesis, una prueba invasiva con ciertos riesgos que se realiza una vez ha comenzado el segundo trimestre; y por otro, pruebas más seguras como el test prenatal no invasivo NACE, que permite descartar la presencia de anomalías en los cromosomas en el primer trimestre a partir de una única muestra de sangre de la madre.
La medición del pliegue nucal y su relación con otras pruebas
Tal y como hemos comentado, la medición del pliegue nucal no es una prueba definitiva. Sus resultados se pueden tomar como indicadores pero nunca como un resultado definitivo, con lo que si quieres salir de dudas y ver si tu bebé presenta alteraciones en los cromosomas tendrás que realizarte pruebas complementarias.
Generalmente se hace durante el primer trimestre del embarazo junto con el screening del primer trimestre y juntas dan un valor de riesgo, que si es alto indica que debes hacerte otras pruebas para descartar que el bebé sufra malformaciones cromosómicas.
Si el riesgo es alto se debe practicar la biopsia corial o la amniocentesis (en las semanas 10-12 y 12-16, respectivamente). Estas pruebas son invasivas y pueden representar un riesgo para el embarazo. También se puede comprobar a partir de la semana 10 del embarazo gracias al test prenatal no invasivo NACE.
La primera prueba fiable que puedes realizarte durante el embarazo para detectar el síndrome de Down es el test prenatal no invasivo NACE, una prueba segura tanto para la madre como para el bebé que permite detectar anomalías cromosómicas a partir de una muestra de sangre, con un alto porcentaje de fiabilidad.